Más de una vez me he encontrado con que un contenido web ha sido revisado por un secretario judicial o se ha presentado ante notario para dar así fe de la existencia de dicho contenido en Internet.
Desafortunadamente, este acto no nos garantiza que lo que ha visto el secretario judicial o el notario fuera fidedigno y no estuviera manipulado.
¿Por qué ocurre esto?
Pues muy sencillo. La parte interesada en acreditar el contenido en Internet se dirige ordenador en ristre al secretario judicial o al notario de turno y le dice “mire señor notario, aquí lo tiene. En esta web está publicado esto y lo otro …”
Y claro, ese secretario judicial o ese notario, que no tiene ni idea de cómo se puede manipular el contenido de una web, ni corto ni perezoso te firma en un papelito que tal pantallazo está publicado en tal web. Y aquí ya vamos mal. Porque si a ese secretario judicial o notario le han puesto delante de sus narices una página web manipulada, difícilmente se va a dar cuenta de que ese contenido estuviera trampeado.
Posteriormente, aparece en el juicio el perito informático de la parte contraria con un informe contrapericial poniendo en duda lo que ha visto el secretario judicial/notario. El juez, que no tiene más elementos de decisión, cree al perito y tú te quedas a cuadros el día que recibes la sentencia porque no te han dado la razón.
Por eso te recomiendo que nunca acredites la existencia de un contenido en Internet usando la figura de un secretario judicial o notario; porque si yo soy el perito informático de la parte contraria, voy a tratar de demostrar al juez que ese contenido lo han podido manipular y haber engañado al secretario judicial/notario, consiguiendo de esta forma que se quede sin valor probatorio tu prueba en el juicio.
La técnica se llama DNS Spoofing y es una vieja conocida en el mundo del hacking.
Vamos a ver el paso a paso de cómo hacer esto.